NIÑA DE HILO





Niña de hilo. 
Tantas preguntas que no cortaron la seda de tus ojos.
El silencio es una hormiga elefante que camina en el filo de tu boca.
El miedo es la vainilla de tu labial favorito.
El amor es una máquina de escribir petrificada en tu pecho.

Tu mirada es un astronauta que incendia el universo.
Tu lengua es un minotauro que desciende hasta mi garganta
y nos hace el laberinto perdido en la columna de un caracol.
/Somos brevedad de lo efímero/



Escribo de ti, como si el mundo persistiera en tu nombre.
Como si el holocausto de la vida se terminara
al hacer crecer una rosa de harina en el poema.

Somos el banquete de vacas famélicas.
Somos el trigo que crece en la cólera del cielo.
Somos la ribera que destroza un oso que hiberna,
en la taxidermia de su alma.


Pronuncia mi esqueleto como si fuera una cáscara de banano
que hacer caer a los victoriosos.
Habla de mí como si la carretera del umbrío iluminara
las noches de águilas mojigatas, de olas en tazas de café,
de suspiros que alcanzan el umbral en la resignación.

Di que existo como el nácar de una concha -innecesaria en mi riqueza-
Di que todo cabe en el punto final de la historia, que no hace falta conocerla,
conocerte -reconocernos-
Di que eres el fantasma que habita dentro de mi cuerpo,
como un síntoma de vida.


Calcifica mis pasos, haz heroína a mi tristeza.
Y come un chocolate  cuando entiendas que 
las historias felices
siempre inician después de una tragedia.










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